sábado, 25 de octubre de 2008

¿QUÉ HACER ANTE LA CRISIS?




En los últimos meses estamos acostumbrados a encontrar en los medios de comunicación sesudos artículos sobre las causas de la crisis global, sus orígenes, la duración de la misma y su profundidad. Bien, después de tragarme el 90 % de la producción intelectual de nuestros analistas económico-financieros, he llegado a las conclusiones siguientes:

a) Que nadie tiene la menor idea de cual será la duración de la crisis, pero que la mayor parte de los expertos auguran será bastante larga, quizás más de cinco años.
b) Que la dureza de la recesión no tiene comparativa posible, incluso se llega a decir que superará con creces a la gran recesión de los años 30, tanto en destrucción de empleo y generación de pobreza contrastable, como por su poder de generar disturbios entre las clases bajas y medias que verán sus posibilidades de vida gravemente afectadas por ella.

Ante este panorama, la pregunta principal debería ser ¿y nosotros a nivel doméstico que podemos hacer para adaptarnos a esta situación? Me voy a atrever a hacer de consultor y darles algunos consejos que (en el ejercicio de su “potestas” personal y familiar) pueden seguir o no:

1.-El primero y principal es no generar más endeudamiento familiar bajo ningún concepto, hacer un análisis de nuestros ingresos y gastos, y adaptar nuestros gastos a nuestro nivel de ingresos. Desterrar aplazamientos en tarjetas de crédito, créditos al consumo etc.
2.- El segundo es ahorrar en la medida de lo posible, en tanto nuestra situación de ingresos no se vea afectada. Ahorrar en productos seguros, es decir, evitar los fondos de inversión en renta variable, y preferir productos de renta fija, cuentas remuneradas etc.
3.-El tercero es cambiar hábitos, la situación actual nos obliga a una adaptación rápida y traumática a una nueva situación inesperada, incluso si nuestro nivel de renta personal no ha variado.

Cambio de hábitos de consumo; una compra de 100 €uros en el supermercado de El Corte Inglés se convierte en una de 80 en el Caprabo, una de 70 en el Carrefour, una de 60 en el Mercadona, o una de 50 en el Lidl.Frenazo en el consumo de electrodomésticos, vehículos, muebles… hay que volver a reparar aquellos pequeños electrodomésticos que antes sustituíamos por otros nuevos, nuestro vehículo tiene que prepararse para durar más de 8 o 10 años ( y para ello deberemos ser meticulosos en sus cuidados y mantenimiento), y por supuesto erradicar aquellos gastos suntuosos en decoración, muebles etc.. que no sean absolutamente necesarios.

Utilización del transporte público, reducción de salidas a restaurantes, espectáculos (cine, teatro, concierto).

Ahorro en facturas de consumos de agua, gas, electricidad, teléfono…revisar el funcionamiento de nuestra calefacción y programar solo funcionamiento diurno y en horas en las que estemos en casa.

Fiscalizar el uso del teléfono si no se dispone de ADSL, y si se dispone de ADSL comprobar que las llamadas a móviles se efectúan desde el móvil y no desde el fijo, y que las llamadas del teléfono móvil a fijo no se realizan. Utilizar las llamadas perdidas, siempre hay algún incauto que nos llamará para saber que queríamos.

Instalar interruptores con temporizador, que nos evitarán apagar las luces que encendemos de forma ocasional, evitando así los descuidos, sustituir las bombillas habituales por otras de bajo consumo, además de adaptarnos a las normativas medioambientales, ahorraremos en casa.

Desprogramar el riego del césped en invierno (quienes lo tengan) y utilizar el agua de la piscina (que no volveremos a utilizar en tanto dure la situación de excepción). Cuando se acabe, programar un riego del césped cada tres días, suficiente para que sobreviva, aunque sea con un aspecto deplorable.

Para quienes dispongan de un nivel de renta elevado, eliminar el seguro privado de salud y confíar en nuestro excelente sistema sanitario público puede generar un ahorro familiar de hasta 400 €uros. Cambiar el colegio privado por uno público o concertado entre 600 y 300 euros por hijo. Darse de baja del club de tenis, golf, o Paddle entre 200 y 500 mensuales. Si Uds. son capaces de vivir con una sonrisa ante sus amistades el nuevo cambio de situación, sobrevivirán a la crisis muy probablemente incluso en mejores condiciones que ellas, que también la sufren.

Si a pesar de lo anterior somos incapaces de adecuar nuestros gastos a nuestros ingresos, debido, a que hemos perdido el empleo o nuestros ingresos variables han disminuido, deberemos intentar generar más ingresos (suena perogrullada ya lo sé), pero deberíamos empezar a pensar en el pluriempleo, empleos ocasionales de fin de semana etc.

En el peor de los casos, cuando cualquier situación se ha intentado y aún así es imposible hacer frente al pago de la hipoteca y sobrevivir, hemos de plantearnos perder nuestra vivienda y compartir nuestra ruina con el banco que tanto nos aprecia. Si el banco no se presta a una moratoria de la hipoteca y amenaza con ejecutar, mi consejo es no llegar a ningún acuerdo extrajudicial que comporte una aplicación de tipos de interés superiores al aplicado por la propia hipoteca (los tipos de morosidad bancaria establecidos en el contrato de la hipoteca pueden llegar a ser superiores al 20% y ello no nos solucionaría nada, al contrario, en muchos casos solo pagaríamos intereses manteniendo el capital pendiente). Si Uds. compraron el piso durante los últimos dos años, y no pueden hacer frente al pago de la hipoteca, la solución inmediata es impagar y obligar al banco a que embargue, ejecute y se quede con un piso que ha perdido parte de su valor y que lo seguirá perdiendo los próximos cinco años, aceptar que hemos hecho un mal negocio y disponernos a vivir de alquiler. No habrán perdido nada, porqué nada tienen, la vivienda hipotecada a 35 años es en su mayor parte del banco, así que dejen que el banco asuma su fantástica “inversión”.

Y por último, reúnan a su familia, monten un gabinete doméstico de crisis y hagan un plan de contingencias para los próximos cinco años en la dirección que les he expuesto anteriormente, motívense a cumplirlo sabiendo que es temporal, prepárense para vivir durante este tiempo con sobriedad, aprovechen los recursos al máximo y estoy seguro que la satisfacción de obtener el control de la situación compensará con creces la pérdida de confort y calidad de vida.


Buenas noches y buena suerte.