viernes, 15 de mayo de 2009

CUANDO LO CORTES EXCLUYE LO VALIENTE


Que algunos personajes de la derecha española, son frikis ambulantes en el universo político de este país, es constatable por cualquier observador minimamente imparcial. Las continuas ocurrencias del ex - presidente José María Aznar, darían lugar a la risa floja si no pusieran en cuestión la imagen del estado; "yo tengo la solución a la crisis", llegó a decir en una entrevista. La extraña paradoja que mezcla el clasismo con el populismo más obsceno de Doña Esperanza, pareciéndose más a la marquesa de la película los Santos Inocentes, que a un cargo institucional, producen auténtico repelús, cuando no indignación; “No tener pagas extra me tiene mártir, las he tenido toda mi vida y las echo de menos en Navidad y en verano. No es que haga números a final de mes, ¡es que muchas veces no llego!”. El trapicheo (nunca mejor dicho) del Presidente Camps con su sastre y con “ el bigotes”; ¡Y cómo le quiere Camps a Alvarito!". El virrey de Castellón, Sr. Carlos Fabra, eternamente imputado, más nunca juzgado; "Yo no sé la cantidad de gente que habré colocado en 12 años, no lo sé" y etc etc… son episodios de la chirigota “nacional” que ya no deberían sorprendernos. Pero es que hay idioteces que dichas por un candidato al parlamento europeo multiplican por veinte su verdadero sentido.

Hoy leemos en “El País” que Don Jaime Mayor Oreja, ilustre prohombre de las provincias vascongadas también llamadas Euskadi, Euskalerría o País Vasco, se enorgullece que su bisabuelo prohibiera hablar euskera en casa. Es decir, semejante cafre ( no encuentro una palabra más adecuada), se siente satisfecho de haber perdido un patrimonio cultural propio como es el conocimiento del idioma familiar. Dicho por otra persona, podríamos pensar que la ignorancia es atrevida, o que incluso la idiotez abunda, pero cuando se manifiesta este sentimiento por alguien que ha sido candidato a Lehendakari, y que en las próximas elecciones europeas se presenta como candidato del Partido Popular al Parlamento más plural que existe en el mundo, en el que las lenguas de decenas de estados y regiones conviven y son respetadas, causa desazón comprobar cual es el nivel de estulticia que adorna al mencionado caballero.

En fin, esto es lo que hay, y con estos políticos tenemos que remar hasta que se vayan por el sumidero de la historia.