LA MANADA 17

Escuché en silencio como el Coronel Enríquez iba relatando aquella extraña historia. En realidad, según su versión, Roberto Sánchez no era el tío de Edu, sino uno de los líderes de una elitista secta presente en todo el mundo, con ramificaciones en la política, las finanzas, la judicatura y las grandes corporaciones multinacionales. Si bien, parte de la historia que “el jefe” nos había relatado sobre sus orígenes era cierta, en concreto que fue salvado de la gran riada del 62 en una pequeña localidad del Vallés por su supuesto tío Roberto, no lo era el parentesco de este último; la verdadera identidad de Roberto Sánchez era la de Jean Francoise Maréchal, un francés descendiente de una rica saga de financieros. Huyó junto a otros acólitos a España a finales de la década de los cuarenta, buscado por la Interpol en la mayoría de países occidentales, y encontró refugio en el aislamiento internacional en el que estaba sumido nuestro país tras la guerra civil. A partir de entonces asumió una identidad falsa alejada de su status económico y social, y se convirtió a ojos de la sociedad, en el chófer de Domingo Baqués Ulldemolins, “ el Senyor Mingu”, propietario de una cadena de joyerías, y también perteneciente a la secta.

.- De lo que no tenemos datos precisos, es sobre cual es la identidad de Eduardo Sánchez. Es cierto que su familia pereció en las inundaciones, pero no hay documentación sobre su identidad. Las casas que fueron arrasadas por aquella terrible desgracia, eran en su mayoría humildes viviendas de inmigrantes y chavolas ubicadas en el lecho de la riera de Rubí y Terrassa, motivo por el cual muchos de los desaparecidos no fueron nunca identificados. Creemos que por algúna razón el Sr. Maréchal se hizo cargo de ese niño, y, o bien se aprovechó de la carencia de documentación, o la hizo desaparecer. La Red de su organización facilitó una nueva identidad al muchacho.

.- Coronel, permítame que sea un tanto escéptico. Yo les conozco a ambos desde hace años, y se me hace muy difícil creerme esta película de espías que Ud. me cuenta.

En ese punto intervino el tal “Javert” que hasta ese momento se había mantenido callado escuchando el relato del Coronel.

.- Señor Vendrell, sé que la historia puede parecerle rocambolesca, como lo es la propia vida de Maréchal, pero le aseguro que hace casi cuarenta años que estamos tras la pista de esta organización. Jean Francoise Maréchal, fue el Gran Maestre del Grand Orient de France a principios de la década de los cuarenta, en plena segunda guerra mundial, y uno de los fundadores de la Logia Hiram-Abi; esta logia secreta estaba constituida por 9 maestros de diversos estados europeos del grado 33, el más alto grado que se puede ostentar en la masonería. La logia tenía su sede en Suiza, país neutral durante la guerra, Marèchal era francés, los otros ocho maestros pertenecían a nacionalidades de ambos bandos enfrentados; ingleses, alemanes, italianos, suizos… paradójicamente y a pesar de la guerra, la logia no dejó de reunirse cada mes en Ginebra durante aquellos años, ello le dará una idea del poder de la organización. Al concluir la contienda, los trabajos de la Hiram-Abi se trasladaron a París, se desvincularon de la obediencia del Grand Orient de France del que fueron expulsados oficiálmente por distintas irregularidades contables, y se conformaron como una organización autónoma que consiguió en pocos años captar a personalidades de la política y las finanzas. Su funcionamiento era absolutamente opaco y al margen de cualquier obediencia masónica establecida…

.- ¿No me querrá explicar la versión internacional del cuento falangista de la conspiración judeo-masónica que tantas veces hemos tenido que oír en este país a lo largo de los últimos años?

.- No señor Vendrell, nada más lejos de mi intención, solo pretendo que tenga una mínima información; ponerle en antecedentes antes de plantearle la disyuntiva que deberá respondernos esta noche.