Hace muchos, muchos años, en un lejano país de oriente… Bien, quizás no fueran tantos años, en realidad cuatro mal contados, pero les juro que fue en un lejano país de oriente donde nació una preciosa princesa de ojos rasgados y pelo ensortijado, “enrinxolat” como diríamos en mi idioma materno.
Como les iba contando… el país vivía sumido en una profunda pobreza, y el Rey había resuelto que cada familia solo podría mantener un único hijo. Pero la casualidad, y porque no decirlo, una defectuosa planificación familiar, quisieron que naciera una princesa en el Palacio, segunda hija del Rey, a la que denominaron Ruo Ning, que en la lengua de Cervantes podría traducirse como " Parece Tranquila". Al Rey, apenado, no le quedó otra que hacer cumplir con su familia la ley que había dictado a sus súbditos, y como era un Rey justo, ordenó que Ruo Ning fuera abandonada en el bosque.
Con lágrimas en los ojos, la Reina envolvió a la pequeña princesa en un manto de color carmín, tejido con hilo de seda por las mejores tejedoras del país, y la llevó una noche en un canasto de bambú a un bosque donde millones de mariquitas revolotean cada año en primavera por entre las flores. La besó por última vez y se alejó llorando por el camino que conduce al palacio; aún hoy dicen los lugareños que se la puede oir llorar cada noche por la pérdida de su princesa.
A la mañana siguiente, una diminuta mariquita de alas rojas se acercó a la mantita de la niña, cogió uno de los extremos del hilo de seda con el que estaba tejido, y levantó el vuelo por encima de los árboles del bosque. A medida que volaba el pequeño insecto, el delicado abrigo se iba destejiendo. Tanto y tanto voló el coleóptero, que traspasó la gran muralla que rodeaba el remoto país y se adentró en las extensas llanuras del desierto, luchó contra los dragones que vivían en él y sorprendentemente venció. Cruzó ríos, mares, y laberintos de montañas, llevando en su boca el extremo del hilo rojo que aguantaba sin romperse y dibujaba el camino que habría de conducir al lugar donde estaba la princesa. Un año tardó la mariquita en llegar a su destino; mientras tanto, todos los animales del bosque se turnaban para cuidar a la pequeña Ruo Ning. Una pareja de osos panda la alimentaron, centenares de luciérnagas se acercaban por la noche a iluminar su pequeño canasto, y las ardillas daban volteretas ante sus ojos para hacerle reír.
Tras muchas vicisitudes, el escarabajo llegó a un diminuto país que se extendía al sur de unas montañas nevadas, buscó la ventana de una preciosa casa y se detuvo exhausto en el alféizar.
Como les iba contando… el país vivía sumido en una profunda pobreza, y el Rey había resuelto que cada familia solo podría mantener un único hijo. Pero la casualidad, y porque no decirlo, una defectuosa planificación familiar, quisieron que naciera una princesa en el Palacio, segunda hija del Rey, a la que denominaron Ruo Ning, que en la lengua de Cervantes podría traducirse como " Parece Tranquila". Al Rey, apenado, no le quedó otra que hacer cumplir con su familia la ley que había dictado a sus súbditos, y como era un Rey justo, ordenó que Ruo Ning fuera abandonada en el bosque.
Con lágrimas en los ojos, la Reina envolvió a la pequeña princesa en un manto de color carmín, tejido con hilo de seda por las mejores tejedoras del país, y la llevó una noche en un canasto de bambú a un bosque donde millones de mariquitas revolotean cada año en primavera por entre las flores. La besó por última vez y se alejó llorando por el camino que conduce al palacio; aún hoy dicen los lugareños que se la puede oir llorar cada noche por la pérdida de su princesa.
A la mañana siguiente, una diminuta mariquita de alas rojas se acercó a la mantita de la niña, cogió uno de los extremos del hilo de seda con el que estaba tejido, y levantó el vuelo por encima de los árboles del bosque. A medida que volaba el pequeño insecto, el delicado abrigo se iba destejiendo. Tanto y tanto voló el coleóptero, que traspasó la gran muralla que rodeaba el remoto país y se adentró en las extensas llanuras del desierto, luchó contra los dragones que vivían en él y sorprendentemente venció. Cruzó ríos, mares, y laberintos de montañas, llevando en su boca el extremo del hilo rojo que aguantaba sin romperse y dibujaba el camino que habría de conducir al lugar donde estaba la princesa. Un año tardó la mariquita en llegar a su destino; mientras tanto, todos los animales del bosque se turnaban para cuidar a la pequeña Ruo Ning. Una pareja de osos panda la alimentaron, centenares de luciérnagas se acercaban por la noche a iluminar su pequeño canasto, y las ardillas daban volteretas ante sus ojos para hacerle reír.
Tras muchas vicisitudes, el escarabajo llegó a un diminuto país que se extendía al sur de unas montañas nevadas, buscó la ventana de una preciosa casa y se detuvo exhausto en el alféizar.
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.- ¡ Ha llegado, por fin ha llegado la carta!
Pilar me miraba emocionada con lágrimas en los ojos, mientras sostenía la resolución del Centro Chino de Adopciones que tanto tiempo habíamos esperado. Tres fotografías nos mostraban una princesa con los ojos más bonitos que habíamos visto jamás, y un curioso ( para su procedencia) pelo ensortijado.
.- Pili, es la niña más hermosa que he visto en mi vida, quiero que se llame Ariadna Ruo Ning.
.- ¿Por qué?
.- Mujer, no me preguntes, pero creo que ha de llamarse así.
10 comentarios:
¡Qué relato más dulce y más bonito!
Maravilloso regalo,sin duda.Bien merece tu relato que,consecuentemente,también es precioso.
Me alegro que esa carta llegase. Es muy tierno y los tres tenéis suerte.
Quina tendressa, una nina amb sort...aquesta Ariadna. Molts d'anys!!!!!!!!
Faig proves
Bé, per fí he descobert com enviar els meus comentaris, això meu és realment patètic... Bé jo soc la de la tendressa, m'ha fet somriure, molt dolç...
Precioso....sin duda la princesa ha encontrado el mejor lugar para vivir...cuida su Qi y su corazón...un abrazo!
María
:)
Qué preciosidad!
Y unas fotos??
Gracies ¿ Ariany? y sí... ets un petit (molt petit) desastre.
;)
Gracias a todos/as, cuidaré su Qi María y su corazón.
...uno de esos animales del bosque, la araña Iktomi, para celebrar la llegada de la princesa tomó un trozo de madera del sauce más viejo, le dio forma redonda y coloco plumas, pelo de caballo, cuentas y adornos tejiendolo como una tela de araña. Finalizado el objeto se lo regaló al Capitan Jack Sparrow y le dijo:
"mira, la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usala para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sus sueños y sus visiones. Si crees en el Gran Espíritu, la telaraña atrapará tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero".
Lo que no cuenta el cuento es si el capitan le hizo el mas puñetero caso a Iktomi…..
….records al pare, petons a la mare i un somriure d'orella a orella a la princesa Ariadna Ruo Ning….
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