La noche era oscura como el alma del demonio, solo unos leves crujidos de la madera del barco y las olas golpeando la quilla rompían el silencio. Corría el día de nuestro señor Jesucristo de cinco de mayo de 1647. En cubierta unos pocos hombres esperaban expectantes las órdenes del capitán.
Desde hacía ya más de dos años, Jack Espárrago comandaba aquella tropa de desgraciados; se habían embarcado en aquel viejo galeón español superviviente de la batalla de Gravelinas, bautizado “el infatigable”, para dedicarse al transporte de cuero y tabaco desde “ La Española”, pero pronto las leyes del Rey Felipe III destinadas a erradicar el contrabando les empujaron a la piratería . Jack era un hijo de la gran puta, en el sentido literal del término, su padre desertor de los tercios españoles, cuidaba ovejas en las laderas de Isla Tortuga y su madre, la más cochina camarera de la Taberna del Inglés, un tugurio infestado de piratas. Todos aquellos tunantes eran ingleses y franceses, la mayoría ladrones de poca monta y contrabandistas, pero a lo largo del tiempo habían aprendido a obedecer al capitán y a regirse por la “Charte Partie” o código pirata.
.- Mister Pinkerton, quiero a todos los hombres en la bodega en silencio, que se queden en cubierta solo los imprescindibles para gobernar el barco.
Dictó las instrucciones con un susurro, sin levantar la voz… los hombres seguían sus pasos con la mirada y en sus ojos se reflejaba un miedo indisimulable incluso para aquellos curtidos lobos de mar. El segundo de a bordo se acercó a los hombres y sin decir una sola palabra fue tocando uno a uno a los elegidos para el cometido, mientras los demás se deslizaban por la escotilla hacía la bodega. Dos marineros se encaramaron al palo de mesana para desplegar las velas latinas que dieran una cierta maniobrabilidad al buque, otro a la punta de la mayor, mientras el piloto esperaba paciente indicaciones del capitán. El resto de la tripulación, más de treinta hombres condenados por sus fechorías al infierno, se dispusieron a rezar las pocas oraciones que recordaban conformando un inquietante murmullo en el interior de las entrañas del navío.
A menos de una milla, tres enormes buques de guerra de la armada española navegaban en dirección al “infatigable”; hacía más de una semana que seguían el rastro del galeón pirata. La banda de Jack, como eran conocidos, eran los responsables del apresamiento de cinco galeones comerciales, del robo de decenas de cofres de monedas de oro procedentes del puerto de Callao y del asesinato de sus tripulaciones, ya fueran muertos en combate o lanzados por la borda. El capitán Espárrago consciente de la inutilidad del combate frente a los tres poderosos navíos, y de que no habría perdón para ellos, solo podía confiar en las negras tinieblas de una noche de luna nueva. Se dispuso a maniobrar sutilmente el barco para evitar la colisión.
.- Piloto, vire tres grados a estribor.
El infatigable se desplazaba lentamente, intentando esquivar la inminente llegada de la escuadra española, cuando esta se encontraba a escasos tres cables de distancia. El silencio era ahora sepulcral, tan solo las respiraciones aceleradas de los hombres indicaban señales de vida a bordo. El primer buque en pasar junto al “infatigable” fue el “Nuestra señora de Montserrat”, una fragata de guerra armada con más de 50 cañones, de la que se podían divisar las luces de cubierta y las voces de la tripulación. Las olas que provocó a su paso sacudieron el barco pirata como un cascarón.
De pronto un extraño sonido rompió el silencio de la noche…
♫ Tenía tanto que darte…♪ tantas cosas que contarte… tenía tanto amor, guardado para ti…♫
.- ¡ Mierda, son las 10! Sí dime cariño.
.- Por Dios Federico, llevas toda la tarde pescando ¿sabes la hora que es? ¿aún estás en la barca?
.- Sí mujer, se me ha pasado el tiempo volando, ahora mismo voy para casa.
.- Tienes 10 minutos para llegar, o me pongo a cenar sola.
.- No mujer, si estoy aquí mismo, en cinco minutos llego.
.- ¿Habrás pescado algo para cenar?
.- Nada, ni un boquerón… toda la tarde perdida.
.- Ya te vale, es el último verano que alquilamos el apartamento, el próximo año nos vamos de viaje al caribe, Federico.
.- Está bien ahora hablamos, no te enfades…
¡ Joder, ha colgado!
Desde hacía ya más de dos años, Jack Espárrago comandaba aquella tropa de desgraciados; se habían embarcado en aquel viejo galeón español superviviente de la batalla de Gravelinas, bautizado “el infatigable”, para dedicarse al transporte de cuero y tabaco desde “ La Española”, pero pronto las leyes del Rey Felipe III destinadas a erradicar el contrabando les empujaron a la piratería . Jack era un hijo de la gran puta, en el sentido literal del término, su padre desertor de los tercios españoles, cuidaba ovejas en las laderas de Isla Tortuga y su madre, la más cochina camarera de la Taberna del Inglés, un tugurio infestado de piratas. Todos aquellos tunantes eran ingleses y franceses, la mayoría ladrones de poca monta y contrabandistas, pero a lo largo del tiempo habían aprendido a obedecer al capitán y a regirse por la “Charte Partie” o código pirata.
.- Mister Pinkerton, quiero a todos los hombres en la bodega en silencio, que se queden en cubierta solo los imprescindibles para gobernar el barco.
Dictó las instrucciones con un susurro, sin levantar la voz… los hombres seguían sus pasos con la mirada y en sus ojos se reflejaba un miedo indisimulable incluso para aquellos curtidos lobos de mar. El segundo de a bordo se acercó a los hombres y sin decir una sola palabra fue tocando uno a uno a los elegidos para el cometido, mientras los demás se deslizaban por la escotilla hacía la bodega. Dos marineros se encaramaron al palo de mesana para desplegar las velas latinas que dieran una cierta maniobrabilidad al buque, otro a la punta de la mayor, mientras el piloto esperaba paciente indicaciones del capitán. El resto de la tripulación, más de treinta hombres condenados por sus fechorías al infierno, se dispusieron a rezar las pocas oraciones que recordaban conformando un inquietante murmullo en el interior de las entrañas del navío.
A menos de una milla, tres enormes buques de guerra de la armada española navegaban en dirección al “infatigable”; hacía más de una semana que seguían el rastro del galeón pirata. La banda de Jack, como eran conocidos, eran los responsables del apresamiento de cinco galeones comerciales, del robo de decenas de cofres de monedas de oro procedentes del puerto de Callao y del asesinato de sus tripulaciones, ya fueran muertos en combate o lanzados por la borda. El capitán Espárrago consciente de la inutilidad del combate frente a los tres poderosos navíos, y de que no habría perdón para ellos, solo podía confiar en las negras tinieblas de una noche de luna nueva. Se dispuso a maniobrar sutilmente el barco para evitar la colisión.
.- Piloto, vire tres grados a estribor.
El infatigable se desplazaba lentamente, intentando esquivar la inminente llegada de la escuadra española, cuando esta se encontraba a escasos tres cables de distancia. El silencio era ahora sepulcral, tan solo las respiraciones aceleradas de los hombres indicaban señales de vida a bordo. El primer buque en pasar junto al “infatigable” fue el “Nuestra señora de Montserrat”, una fragata de guerra armada con más de 50 cañones, de la que se podían divisar las luces de cubierta y las voces de la tripulación. Las olas que provocó a su paso sacudieron el barco pirata como un cascarón.
De pronto un extraño sonido rompió el silencio de la noche…
♫ Tenía tanto que darte…♪ tantas cosas que contarte… tenía tanto amor, guardado para ti…♫
.- ¡ Mierda, son las 10! Sí dime cariño.
.- Por Dios Federico, llevas toda la tarde pescando ¿sabes la hora que es? ¿aún estás en la barca?
.- Sí mujer, se me ha pasado el tiempo volando, ahora mismo voy para casa.
.- Tienes 10 minutos para llegar, o me pongo a cenar sola.
.- No mujer, si estoy aquí mismo, en cinco minutos llego.
.- ¿Habrás pescado algo para cenar?
.- Nada, ni un boquerón… toda la tarde perdida.
.- Ya te vale, es el último verano que alquilamos el apartamento, el próximo año nos vamos de viaje al caribe, Federico.
.- Está bien ahora hablamos, no te enfades…
¡ Joder, ha colgado!
25 comentarios:
Jaja
No está nada mal. Pero espero que algún día nos cuentes una de pirtas de verdad, de principio a fin.
Sobre el video. Me compré el disco. El peor de los dos, sin duda.
Es mejor quedarse en vieja gloria pero recordada con cariño que en gloria vieja recordada con lástima.
Jajaja... Me gusta y me haces reir de veras cuando estás en tu salsa, es decir, con la pata de palo y el parche en el ojo.
Federico tenía que llamarse! a ver cuándo sale de pesca otra vez... que me he quedado con ganas de saber quién gana...
;D
Gemma, Federico es un nombre fetiche para mí, verás que se repite en muchos relatos...
Y sí, lo mismo va saliendo de pesca algún que otro día... veo que las pillas al vuelo.
;)
Ale, dichosos los ojos, y gracias por el piropo...
¿ eso de pedir contraseña en tu blog es para evitar la entrada de piratas, o lo haces con todos?
A Mercedes y a mí nos tienes en ascuas, piensa que desde que he arrinconado los calcetines blancos me dejan entrar en todos los garitos.
:)
Si es que ni en vacaciones le dejan a uno soñar tranquilo...
Besicos
...que un galeón español se llame Nuestra señora de Montserrat, solo lo puede soñar Federico, ja,ja,ja...muy bueno...
Uy, me has engañado, pensaba que era una historia de piratas de verdad y me había emocionado y todo. Pero vale por esta vez, si algún día escribes una de verdad. De todas formas que manera más grata de sorprenderme. Me gusta mucho como escribes, amigo y pirata de letras.
Un beso
Ja, ja, ja... pero si han vuelto los 80 hombre! Y las escayolas están de moda. Mercedes y tú soís siempre bienvenidos. Hay mucho que contar pero de momento mejor callar.
Abrazos para todos.
Jejeje me encanto ¡
Tú historia no pirata
Pero me gusto un montón
Gracias por esta sonrisa que me arrancaste me hacia falta
Un beso
Enhorabuena mi capitan (no es muy sincera, lo reconozco).
Quisiera pedirle un favor: de su próximo viaje a Roma me podria traer una cosa?, un escapulario, reliquia, estampita u otro objeto digno de ser rezado, a poder ser bendecido por el papa, para ir empezando a rezar de cara a la próxima temporada...
Y por favor,...no sea cruel con su socio, acaso no es suficiente tortura ver a ese chaval de Albacete vestido con los colores del diablo?
Je,jemuy bueno...¡¡¡estás sembrao,Captain,llevas una temporada muy "relatadora"...me ha gustado mucho (y eso que llevo tres días sin poder entrar aquíiiiii,maldita seaaa!!!)
Y...en fin,Esparrago,que despertamos de repente y vemos que cualquier parecido con lo que soñabamos es la pura realidad, ¿no?
...pobre fede, q cosas le pasan, ains¡¡
;0)
Si es que lo digo siempre , hay que deshacerse de los móviles.
Besinos
Buenas.
Pasaba por aqui y me gustaron sus relatos. Quiera preguntarle si estaría de acuerdo en que estos fueran publicados de forma gratuita y sin fines de lucro bajo el sello de Hidalgo Ediciones.
Si es así, puede comunicarse con nosotros para confirmar o para mas informacion a hidalgoediciones@gmail.com
Tambien puedes visitar nuestros portales hidalgoediciones.blogspot.com e hidalgoediciones.260mb.com.
Esperamos su aprobacion
Atentamente
Harold Hidalgo
Escritor miembro y Presidente
Editorial Hidalgo Ediciones.
Hola Capitán y un saludo a todos...como siempre ando liada con exámenes pero te sigo, detrás de la cortina pero ahí estoy...
La historia me ha gustado mucho, como siempre destapándonos tu talento que como veo ya está siendo reconocido por el mundo editorial...de aquí a la fama y quien sabe si en vez de una isla también conquistarás un planeta...
besines...
Jajaja, María...
me alegra leerte de nuevo, tus opiniones sobre mis relatos ( sin desmerecer ninguna otra) las tengo especialmente en cuenta.
De todas formas eso de conquistar un planeta me llevaría tener que cambiarme el nick, y como la gente es muy mala, acabarían llamándome "el astronauta".
;)
Holaaaaa
Joer, debe usté vivir en Esparraguera, con la obsesión que tiene con los susodichos...
Me gusta el sitio, polsielto.
Bienvenido MGA.
Está Ud. en su casa, tómese una copa.
No le diga a ESDRAS que esto está lleno de heterodoxos, que luego se enfada.
Yaquespárragou
Tiene usté un email
¡Cómo me gusta entrar desde el aldo oscuro pinchando ( con el cliqueu aquí) en el enlace azul!
Así da gusto
;)
Esta mañana me he acordado de Don Lidio, el maestro que tuve en mi infancia. Era un soriano de piel aceitunada, gastaba un bigote rectilineo y era adicto al régimen y a los cigarrillos marca Rex. Recuerdo muy bien sus lágrimas cuando Carrero Blanco ascendio a las alturas y sus esfuerzos dialécticos para hacernos creer que los españoles teniamos suerte de tener a Franco como jefe de estado. Su concepto pedagógico mas elaborado era una colleja bien dada. Futbolisticamente hablando, el tipo decia ser hincha del Atlétic de Bilbao por la peregrina razón de que era el único equipo cuyos integrantes eran todos españoles. Seguramente, hoy, desde algun rincón del infierno debe estar animando al equipo de Caparrós. AUPA ATLETI
Coñe, no encuentro el Lagavulin en el mueble bar. ¿Pretende de veras que me ponga un copazo de Dyc, carajo?
Aquí solo se bebe ron de la barrica.
¡ Coñe que está en isla Tortuga!
¿Ron de barrica? Bucanero desembarcado del tres al cuarto...
Bueno, si me pone un Ron 1818 (de Ron Pujol), me doy por satisfecho, y olvido la afrenta.
Si insiste en el garrafón, acérqueme a un islote, que me apeo del bergantín.
he visto a sabina en concierto un montón de veces y era una gozada ver la energía que derrochaba, pero cuando le vi con serrat eran como el hambre y las ganas de comer. la música a todo trapo que no dejaba oir sus voces (a posta, claro, porque están hechos polvo), 3 horas de concierto que una acababa con ganas de irse, y arreglos más o menos acertados.. una pena, vaya.
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